jueves, 7 de abril de 2022

 A los directivos , profes, preceptores y alumnos:


La escuela, nuestra querida escuela pública, ha sufrido transformaciones notorias luego de la pandemia/cuarentena 2020. La misma nos obligó a todos/as a desarrollar el hábito de la virtualidad. Los whatsapp pasaron a ser parte de nuestra vida laboral, ininterrumpida por la urgencia del contexto mencionado. Directivos, jefes de departamento, profesores, preceptores, alumnos y todo el personal de las instituciones, se vieron atravesadas por una realidad que nos superó en tiempo, forma y comprensión, todo estaba más allá de la lógica que hasta el momento conocíamos. Tuvimos que aprender más herramientas de las nuevas tecnologías, incorporar nuevas metodologías, formamos en este área y resolver situaciones desconocidas.

Sin embargo, logramos trascender estas escenas y avanzar. Y avanzamos, y aprendimos y lo incorporamos ...y pudimos, todo por el mismo precio, todo con las dificultades más insospechadas.

Hoy, Abril del 2022, la presencialidad en las escuelas secundarias es total en el sistema educativo de la Nación Argentina. Volvimos al aula, a las oficinas, a los mismos horarios anteriores a la cuarentena obligatoria.

Hoy, Abril del 2022, todos/as estamos en la escuela dialogando, debatiendo, caminando por los pasillos, con la documentación en papel, con las carpetas, el mate, el timbre y la palabra compartida. Celebramos volver porque la escuela es y siempre será el espacio destinado al intercambio y la palabra, al conocimiento y a la creatividad. La escuela pública y gratuita en nuestro país, ya lo comprobamos, no tiene reemplazo en ninguna plataforma virtual, y esto se debe celebrar.

Me pregunto entonces, si la presencialidad es total si todos los días volvimos a mirarnos, cruzamos, hablarnos y mantuvimos nuestros cargos y horarios, porqué seguimos utilizando el whatsapp en tiempos y horarios que superan cada carga horaria. Los alumnos envían las consultas por este medio a altas horas de la madrugada, domingos y feriados. Todos nosotros naturalizamos enviar información, consultas  y demandas sin tener en cuenta que las urgencias anteriores a la cuarentena, se solucionaban en la escuela, en presencia, con la materialidad del día a día .

Me pregunto qué nos pasó a los adultos ( porque los pibes viven otra realidad y no es posible exigir una lógica que dista mucho de nuestra generación) que invadimos la privacidad del celular del otro, en horarios que NO son laborales.

¿Qué nos pasó a los adultos que no logramos esperar a vernos para compartir esa info, ese mensaje, ese pedido, ese aviso, ese diálogo?

No tengo respuesta para lo que planteo. Solo me surge un pedido para toda la comunidad educativa, y es que podamos con voluntad y predisposición, revertir esta situación que escucho en los pasillos todos los días y vivo también a diario, solo en la escuela, uno de mis trabajos.

En este pedido desde mi posición de personal de la Escuela Pública, a la que amo profundamente.

Recuperemos nuestro tiempo y nuestro espacio de privacidad con los celulares.


RUT ANALIA RODRIGUEZ BORREGO

Profesora de comunicación social